La ataraxia fue denominada por epicúreos, estoicos y escépticos como un estado de ánimo mediante el cual se disminuía la intensidad de pasiones y deseos que podían alterar el equilibrio mental y corporal. Desarrollar esta fortaleza ante la adversidad, alcanzar dicho equilibrio y finalmente la felicidad, es el fin de este estado y de estas tres corrientes filosóficas. La ataraxia, por tanto, puede ser entendida como un estado meditativo de tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos.

Para mí el proceso de creación de una obra, ya sea dibujando, escribiendo o grabando en madera, es un estado meditativo de paz y equilibrio, donde no existen el tiempo ni el espacio y donde poco a poco se van mitigando los pensamientos, los sentimientos y las obsesiones del día a día. Por lo tanto, podría considerar cada una de mis obras como una ataraxia.

Javier Iglesias (Gnosick).