No soy un lector de relatos largos, más bien de cortos, cuentos y fragmentos sueltos, resultado de la acción de abrir un libro por cualquier página jugando a descontextualizarlos, dejándome llevar por los estímulos que me aporta … al igual que hago con canciones o fugaces fotogramas que mis ojos perciben.
El fragmento entrecomillado, extrapolado de un libro de John Berger, da partida a mi novena exposición individual … “el dibujo” como una manera de dirigirme a lo ausente, de hacer que aparezca lo ausente … se ha formalizado en una serie de dibujos rescatados de flashes que he retenido a lo largo de mi proceso constructivo como persona, y que he querido plasmar en distintos formatos, añadiendo materiales, texturas y colores que me acercan más a ellos al poder rehacerlos, pegando, despegando, rellenando, rallando como un niño carnoso, formado a base de trazos de escuadra y cartabón, de ángulos amables y otros más oblícuos, intentando en ese proceso perfilar lo que sobra, aunque no pueda controlar ni entenderlo todo … aquello que ya fue pero que perfiló “la carne” y sigue dibujándome.
Espacios perpendiculares al infinito … como guaridas, encierros texturizados, de los que quería escapar (ya no escapo), rellenos de carne servida para los sentidos y con la extraña pulsión de no saber lo que comemos … Longpig
