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Pedro Sega  |  Edén

 

Compuesta por 17 obras repletas de simbolismo, la serpiente es la gran protagonista de todas ellas. Desde la primera ilustración el reptil se encarga de guiar al público con sinuosidad a través de la sala, mutando literalmente de piel.

No solo la temática es una oda a los orígenes artísticos de Pedro Sega, sino que la técnica también representa la vuelta a la esencia del artista, quien comenzó a pintar con bolígrafos en sus libretas. Además, juega con partes en blanco y negro, llenas de detalle, con otras más generales a color.

Al igual que en el resto de sus series, en esta también esán presentes la fauna y la flora; donde la flor del pensamiento forma un juego de palabras recurrente en la trayectoria del autor. En esta ocasión se puede apreciar un nuevo estilo de dibujo, en el que se experimenta con otras técnicas.