DOWNTUNED | ROBERT HARDGRAVE | 22.03.2019 – 12.05.2019

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DOWNTUNED

ROBERT HARDGRAVE

22.03.2019 – 12.05.2019

Esta exposición está dedicada a Beth Ann Cullom, 1971-2017


 

Cuando Robert Hardgrave y yo (Beth Cullom) hablamos de su trabajo, surge la metáfora del skateboarding. Robert está de acuerdo con la afirmación de que él aborda su trabajo artístico como si fuera un patinador, un deporte que practicaba mucho durante la adolescencia y hasta los veinte años, cuando vivía en el sur de Arizona. Comenzar una nueva obra de arte para Robert es como caer en un “half-pipe”, como lanzarse a nuevos espacios que resultan más conocidos y definidos a medida que aumenta la práctica.
Los duros espacios de su trabajo, la forma en que se estos cuelgan, o se juntan, se superponen, lo que implica interiores y caminos, justifican un tipo de formalismo propio y personal. Sin duda, el respeto y conocimiento hacia otros artistas fundamenta su trabajo: la pintura contemporánea y la fotografía están entretejidas. Pero igualmente importante es la confianza que Robert le da a la improvisación. Robert, ya sea dibujando patrones meticulosos con tintas sumi en pequeños papeles japoneses, o cubriendo una pared con una transferencia monumental de tóner, recurre a horas y horas de práctica regular, con sus propias ideas, iconografías, ritmo de color, patrones e instantáneas del arte. Se encierra en un mundo histórico de compañeros pintores. Las obras de Robert están muy trabajadas. Los descubrimientos son adictivos y, a lo largo de los años, se han convertido en algo cotidiano en el compromiso diario que realiza con su arte. De esta manera, el trabajo de Robert, diría yo, es personal.
Sus dibujos y pinturas no ocultan nada del proceso. Los materiales cuentan una historia; la marca se refiere a sí misma de una manera reelaborada, pero gracias al paso del tiempo. Los hilos de su creatividad no se ocultan, en una época en la que mostrar el punto débil parece torpe o ingenuo. La simple verdad es que en el trabajo de Robert, podemos ver y conocer a Robert. No se trata de una protección, sino de una invitación. Con el arte lleno de emocionantes marcas, colores, escala y materiales, el arte de Robert es una invitación a acercarse a nuestra propia creatividad. Su obra acorta la distancia entre el arte y el público. Agiliza nuestros corazones, tal como sentimos al ver a un patinador confiado doblarse y volar a través de una barandilla o una tubería, e imaginarnos a nosotros mismos navegando por el aire, por el pavimento caliente.

Beth Cullom, 2015